La deuda eterna
Racing quedó eliminado, por segundo año consecutivo, en Copa Argentina, en 32° de final, y ante un rival del Torneo Federal A. Los de Coudet fueron más, pero no pudieron romper el 0, y cayeron en la serie de penales.
Parecía que estaba todo dado como para ir por una buena performance en Copa Argentina, tras 3 ediciones de sinsabores. Racing daba el puntapie en el torneo, con el envión anímico de haber logrado un título, sostener la plantilla casi en su totalidad y contar con buena parte de la base titular a disposición, tras completar la pretemporada.
Del otro lado, un rival de un torneo de inferior categoría, en pleno proceso de transición, con presidente y orientador técnico nuevos, y un grupo que sufrió 9 bajas y apenas 3 altas, dos de ellas, de arribo muy reciente. Con sólo 15 días de trabajo, y sin poder realizar la parte fuerte de su preparación, debido a la inminencia del partido ante La Academia, con viaje a Buenos Aires, incluído.
Con este presente disímil, ambos saltaron al campo de La Fortaleza, para sacar el boleto que los llevara al duelo ante Atlético Tucumán, en la fase siguiente. Coudet repitió el esquema habitual, con el que obtuvo el título, con los 4 del fondo (ya sin Saravia y a la espera de la vuelta de Mena), la decisión de devolverle el puesto como único volante de contención a Díaz; y por delante del chileno, la línea de volantes con llegada compuesta por Solari por derecha, el retorno dentro del 11 del Pulpo González y Mati Zaracho a perfil cambiado. Arriba la dupla que se afirmó en 2019, con Lisandro y Cvitanich, para completar el dibujo.
Del otro lado, Daniel Teglia, plantó en cancha lo mejor que tenía a disposición en un conjunto que aún debe terminar de armarse de cara el inicio del Federal A, allá por setiembre. Con el debut del paraguayo Aquino en el arco, (con apenas un puñado de días en el Aurirrojo), y dos líneas de 4 por delante, intentando contener a Racing. Fabro y Medina, en la medida que los correntinos pudieran hacerse del balón, serían los encargados de intentar cambiar el ritmo, e ir por Arias. Sin Cristian Núñez como referente de ataque a disposición, con Gonzalo Ríos (su relevo natural) que abandonó la institución la semana pasada y con un Vizacarra recién llegado, no tenía mucho más el DT rosarino para soñar con la hazaña.
El primer tiempo fue muy favorable al actual campeón de Superliga, con 6 llegadas netas para ponerse en ventaja, varias de ellas muy bien conjuradas por Aquino (ante Díaz, Cvitanch, Solari y Pillud), y otras mal terminadas por los jugadores de Racing. La falta de un centro atacante que pusiera en alerta a Sigali y Donatti, generó que los centrales jugasen casi en campo rival, con Díaz de líbero, y Pillud y Soto lanzados como extremos. Fue por la banda derecha, por donde Racing tuvo las mejores llegadas, con el triángulo que formaron Gonzalez, Solari e Ivan Pillud (la figura del equipo). Desde ese sector se vio lo mejor de un equipo que fue de más a menos en el transcurso del juego, y que no supo, en ese pasaje de neta superioridad, marcar la diferencia.
La Academía presionó muy alto, ganando todos los rebotes, y por eso la cancha se inclinó hacia el arco de la calle Cabrero de manera exclusiva, fue lo más claro del equipo del Chacho, que fue perdiendo lucidez y precisión con el correr de los minutos. Boca Unidos aguantaba como podía, casi sin descansar con el balón, todos pasaban, disciplinadamente, rápido detrás de la línea de la pelota para cumplir con el plan defensivo, y de esta forma, los dominios de Arias quedaron excesivamente lejos para los de Teglia,
En el complemento, si bien la tónica fue la misma, con Racing metido en campo rival y Boca Unidos agazapado y sin tenencia, las combinaciones no fueron las mismas, se repetían los pases laterales, y únicamente Pillud, por su andarivel, sostuvo la supremacía en los mano a mano. Racing se hizo previsible, y el Aurirrojo no sufrió tanto el trámite. El desarrollo pedía cambios, y el Coudet esperó más de la cuenta: en la zona de gestación sobraba gente para iniciar, y faltaba quien rompiera buscando el área de Aquino. Con el reloj de su lado, el conjunto que milita en el Federal, empezó a sentir que la igualdad podía ser real, Racing desnudó su impotencia, sumado a que Lisandro y Cvitanch casi no pesaron en el partido y, si bien los ingresos de Barbona y Rojas no fueron malos, no fue suficiente para generar en cantidad y calidad, como en los 45 iniciales.
El tramo final mostró a un Racing sin ideas y algo cansado, moviendo la pelota de manera horizontal, pero sin poder romper el bloque defensivo de un rival que hizo bien su tarea, y con esfuerzo y solidaridad, pudo sostener el resultado ante un rival superior. Es más, cuando el juego iba directo a los penales, Arias tuvo su única intervención seria dentro del tiempo regular, y le ahogó el grito a Fabro, con una gran atajada con su mano derecha. Una vez más el "karma" de los duelos directos se instaló sobre Coudet y los suyos, y no quedo más que ir a la definición desde el punto del penal.
Y en ese rubro, otra vez, al equipo le falto justeza y temple en sus ejecutantes, para llevarse el pasaporte a los 16°, pese a la buena tarea de Arias, que contuvo 2 remates. Victoria de Boca Unidos, y rápido final para el camino de La Academia en la Copa Argentina.
Sin tener una noche tan mala como ante Sarmiento de Resistencia en 2018, pero con un decaimiento importante en las segunda etapa, Racing volvió a defeccionar en un partido de eliminación directa, y ya comienza a ser tema de diván, más que de análisis de juego. La sensación es que, en la medida que los partidos se complican, a diferencia de otros equipos, en Racing son pocos los que piden la pelota, se suceden los toques intrascendentes, el juego se torna muy anunciado y el DT no tiene otro plan para torcer el rumbo. Tal vez lo que para algunos pueda ser una virtud, esto de tener un ADN muy marcado y aferrarse a ese esquema, pueda ser para otros, uno de los puntos débiles de la táctica de Racing, que deberá ensayar variantes para recuperar el poder de fuego que supo mostrar.
En este 2019, salvo el juego ante Godoy Cruz, y el 1° tiempo ante Tigre por Copa de Superliga, al equipo le costó mucho dominar y ser profundo. Los rivales saben como pararse a la hora de achicar espacios, y a quienes tomar. Un cambio de esquema, tal vez, pueda servir para sorprender y recuperar algo de la frescura que vimos en 2018.
Más allá de estás cuestiones tácticas (todas opinables, obviamente) la realidad es que Racing se despidió muy temprano de la Copa Sudamericana, e hizo lo propio anoche en Copa Argentina. Tampoco pudo "estrenar" con buen paso, en la Copa de Superliga, su cetro de campeón. El viernes se inicia una nueva temporada del torneo doméstico, y deberá, el actual campeón del fútbol argentino,
empezar de cero, para aspirar a retener la corona y dejar atrás la frustración de este domingo en tierra granate.
Dario Lifrieri
Parecía que estaba todo dado como para ir por una buena performance en Copa Argentina, tras 3 ediciones de sinsabores. Racing daba el puntapie en el torneo, con el envión anímico de haber logrado un título, sostener la plantilla casi en su totalidad y contar con buena parte de la base titular a disposición, tras completar la pretemporada.
Del otro lado, un rival de un torneo de inferior categoría, en pleno proceso de transición, con presidente y orientador técnico nuevos, y un grupo que sufrió 9 bajas y apenas 3 altas, dos de ellas, de arribo muy reciente. Con sólo 15 días de trabajo, y sin poder realizar la parte fuerte de su preparación, debido a la inminencia del partido ante La Academia, con viaje a Buenos Aires, incluído.
Con este presente disímil, ambos saltaron al campo de La Fortaleza, para sacar el boleto que los llevara al duelo ante Atlético Tucumán, en la fase siguiente. Coudet repitió el esquema habitual, con el que obtuvo el título, con los 4 del fondo (ya sin Saravia y a la espera de la vuelta de Mena), la decisión de devolverle el puesto como único volante de contención a Díaz; y por delante del chileno, la línea de volantes con llegada compuesta por Solari por derecha, el retorno dentro del 11 del Pulpo González y Mati Zaracho a perfil cambiado. Arriba la dupla que se afirmó en 2019, con Lisandro y Cvitanich, para completar el dibujo.
Del otro lado, Daniel Teglia, plantó en cancha lo mejor que tenía a disposición en un conjunto que aún debe terminar de armarse de cara el inicio del Federal A, allá por setiembre. Con el debut del paraguayo Aquino en el arco, (con apenas un puñado de días en el Aurirrojo), y dos líneas de 4 por delante, intentando contener a Racing. Fabro y Medina, en la medida que los correntinos pudieran hacerse del balón, serían los encargados de intentar cambiar el ritmo, e ir por Arias. Sin Cristian Núñez como referente de ataque a disposición, con Gonzalo Ríos (su relevo natural) que abandonó la institución la semana pasada y con un Vizacarra recién llegado, no tenía mucho más el DT rosarino para soñar con la hazaña.
El primer tiempo fue muy favorable al actual campeón de Superliga, con 6 llegadas netas para ponerse en ventaja, varias de ellas muy bien conjuradas por Aquino (ante Díaz, Cvitanch, Solari y Pillud), y otras mal terminadas por los jugadores de Racing. La falta de un centro atacante que pusiera en alerta a Sigali y Donatti, generó que los centrales jugasen casi en campo rival, con Díaz de líbero, y Pillud y Soto lanzados como extremos. Fue por la banda derecha, por donde Racing tuvo las mejores llegadas, con el triángulo que formaron Gonzalez, Solari e Ivan Pillud (la figura del equipo). Desde ese sector se vio lo mejor de un equipo que fue de más a menos en el transcurso del juego, y que no supo, en ese pasaje de neta superioridad, marcar la diferencia.
La Academía presionó muy alto, ganando todos los rebotes, y por eso la cancha se inclinó hacia el arco de la calle Cabrero de manera exclusiva, fue lo más claro del equipo del Chacho, que fue perdiendo lucidez y precisión con el correr de los minutos. Boca Unidos aguantaba como podía, casi sin descansar con el balón, todos pasaban, disciplinadamente, rápido detrás de la línea de la pelota para cumplir con el plan defensivo, y de esta forma, los dominios de Arias quedaron excesivamente lejos para los de Teglia,
En el complemento, si bien la tónica fue la misma, con Racing metido en campo rival y Boca Unidos agazapado y sin tenencia, las combinaciones no fueron las mismas, se repetían los pases laterales, y únicamente Pillud, por su andarivel, sostuvo la supremacía en los mano a mano. Racing se hizo previsible, y el Aurirrojo no sufrió tanto el trámite. El desarrollo pedía cambios, y el Coudet esperó más de la cuenta: en la zona de gestación sobraba gente para iniciar, y faltaba quien rompiera buscando el área de Aquino. Con el reloj de su lado, el conjunto que milita en el Federal, empezó a sentir que la igualdad podía ser real, Racing desnudó su impotencia, sumado a que Lisandro y Cvitanch casi no pesaron en el partido y, si bien los ingresos de Barbona y Rojas no fueron malos, no fue suficiente para generar en cantidad y calidad, como en los 45 iniciales.
El tramo final mostró a un Racing sin ideas y algo cansado, moviendo la pelota de manera horizontal, pero sin poder romper el bloque defensivo de un rival que hizo bien su tarea, y con esfuerzo y solidaridad, pudo sostener el resultado ante un rival superior. Es más, cuando el juego iba directo a los penales, Arias tuvo su única intervención seria dentro del tiempo regular, y le ahogó el grito a Fabro, con una gran atajada con su mano derecha. Una vez más el "karma" de los duelos directos se instaló sobre Coudet y los suyos, y no quedo más que ir a la definición desde el punto del penal.
Y en ese rubro, otra vez, al equipo le falto justeza y temple en sus ejecutantes, para llevarse el pasaporte a los 16°, pese a la buena tarea de Arias, que contuvo 2 remates. Victoria de Boca Unidos, y rápido final para el camino de La Academia en la Copa Argentina.
Sin tener una noche tan mala como ante Sarmiento de Resistencia en 2018, pero con un decaimiento importante en las segunda etapa, Racing volvió a defeccionar en un partido de eliminación directa, y ya comienza a ser tema de diván, más que de análisis de juego. La sensación es que, en la medida que los partidos se complican, a diferencia de otros equipos, en Racing son pocos los que piden la pelota, se suceden los toques intrascendentes, el juego se torna muy anunciado y el DT no tiene otro plan para torcer el rumbo. Tal vez lo que para algunos pueda ser una virtud, esto de tener un ADN muy marcado y aferrarse a ese esquema, pueda ser para otros, uno de los puntos débiles de la táctica de Racing, que deberá ensayar variantes para recuperar el poder de fuego que supo mostrar.
En este 2019, salvo el juego ante Godoy Cruz, y el 1° tiempo ante Tigre por Copa de Superliga, al equipo le costó mucho dominar y ser profundo. Los rivales saben como pararse a la hora de achicar espacios, y a quienes tomar. Un cambio de esquema, tal vez, pueda servir para sorprender y recuperar algo de la frescura que vimos en 2018.
Más allá de estás cuestiones tácticas (todas opinables, obviamente) la realidad es que Racing se despidió muy temprano de la Copa Sudamericana, e hizo lo propio anoche en Copa Argentina. Tampoco pudo "estrenar" con buen paso, en la Copa de Superliga, su cetro de campeón. El viernes se inicia una nueva temporada del torneo doméstico, y deberá, el actual campeón del fútbol argentino,
empezar de cero, para aspirar a retener la corona y dejar atrás la frustración de este domingo en tierra granate.
Dario Lifrieri
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